Prendí la radio y sonaba "no surprise" de Radiohead. Justo. Últimamente algunas canciones suenan justo cuando subo a los autos. Es banda sonora de la película Piso compartido, y claro, desde el viernes está en mi cabeza. Me partió el día que la vi, la volví a ver antes de viajar a Barcelona y una vez más cuando llegué a Buenos Aires. Ahora un piso compartido llega a mi vida: me voy a vivir a México. Voy a extrañar a mis amigos, pero estoy acostumbrada a extrañar amigos y lo mejor, es que yo sé que no los voy a perder nunca. Me voy a querer matar mirando su regreso por televisión, pero voy a tener su despedida. Voy a perder días de estar con mi familia (en mi casa un día cualquiera es el mejor, siempre jugamos, charlamos y nos damos mil besos), pero voy a ganar la posibilidad de darles algo más. Me siento corriendo por la pista del aeropuerto como Xavier, y se siente tan bien.

Al final, sólo algunos días cuentan. Vivir uno de ellos reconociéndolo es enorme, entonces necesito salir de mí para ver y recordar, hasta el final.
Nunca hubiera imaginado que Sabina cantando Princesa fuera testigo.

Así me vio la noche que vi el Mediterráneo. No fue de casualidad, nada.

Video: casa de Xavi.

Video: Nada de esto fue un error.

Algunos días sentís que alguien te espía. Casi que da miedo seguir mirando porque cada cosa que encuentran los ojos significa algo. Una almacén que se llama El Jujeño. Un hotel que se llama España. Mano a mano sonando en el andén del subte. Entre otras cosas.
Antes de bajarme del vagón vi a un chico leyendo y sentí que el libro era Rayuela. Y claro, como yo no me doy a la razón, me di vuelta antes de bajar para mirar la tapa y sí, era Rayuela.
Después de leer a Cortázar ya no se puede subir y bajar de los subtes (de acá y de allá) así, como si nada.