
Antes de bajarme del vagón vi a un chico leyendo y sentí que el libro era Rayuela. Y claro, como yo no me doy a la razón, me di vuelta antes de bajar para mirar la tapa y sí, era Rayuela.
Después de leer a Cortázar ya no se puede subir y bajar de los subtes (de acá y de allá) así, como si nada.
Cortazar me supera un poco...
Galiza e a miña vida, non deixaria isto nunca.
Me imagino... Galicia se hace querer tan rápido.