27.12.05


  • Video: con Miguel en la Torre de Hércules.

  • Llegue a la ciudad en la que nadie se siente forastero y claro, me quedé más tiempo del que pensaba. La Coruña me sorprendió. Se siente distinta en su gente, supongo que por eso el destino llevó a La Pepi allá. Se extraña el "¿entiendes?, niña capullo/repollo, ortera, flipó, paso de..., borde, zafate de ahí, subnormal profundo, es una pasada, es demasiado", se extraña todo... no puedo creer tener tanto. Ser como uno es, sin más ni menos, sin maquillaje que tape la risa, y recibir tanto cariño. Noches de risas "morena, con la piel de chocolate...". Fueron días de escuchar con ganas de no olvidar nunca. Porque todo eso que él me decía me ayudaba a crecer. Y cuando uno comparte la vida con gente así cree que se puede volver, siempre volver a tener ilusiones. Paseamos mucho, Galicia es preciosa, tiene unos paisajes únicos, llegamos como el Indio a Finisterre, fuimos donde se une el Atlántico con el Cantábrico (Ortigueira! ¿me acordé bien?). Viajes con Sabina, aprendiendo las palabras de su lunfardo. Ya nunca será lo mismo escuchar "qué guay si me invitaras a cenar", nunca jamás. Sentí como el muñequito del Wonder Boy cuando agarra la botellita de leche y recupera todas las energías en un instante. La acompañé a ver su vestido de novia, y ella ni imaginaría qué importante que fue para mí que compartamos un momento así. Cómo te quiero Pepina y qué feliz me hace saber que la persona que tenés al lado te merece. Capítulo aparte merece la comida gallega! y sobre todo el orgullo con que la cocinan y defienden. También recorrimos O Grove, Isla de Toja, Porto Novo, el impronunciable Sanxeixo, Santiago de Compostela y toda la ciudad, incluída la Torre de Hércules y sus miradas. Algo se me quedó en Coruña, para volver.

    25.12.05


    Por una razón que en ese momento no conocía el avión salía de París el martes 13 y llegaba a las 2 de la tarde a Barcelona, pero el vuelo que nos llevaría de vuelta a Madrid lo reservamos para que salga antes del atardecer. Luego supe el porqué. Esas horas pasarían tan naturalmente que ya debían estar destinadas a existir alguna vez en nuestras realidades. Hubo nervios, regalos y una promesa en un andén de tren, no en seis meses. En unos días que ya están por llegar.

    Y sonó, entre tú y yo el silbato de un tren.

    Sé que después de dejar las cosas en el hotel caminé 3 cuadras para llegar a Notre Dame, sé que miré el Sena y sus puentes y tenía ganas de llorar. Y esa primera mirada de París estaba bien sola. Me pertenecía, eran todas mis lágrimas. Después tuve ganas de llamar a mi casa (pero los franceses no tienen locutorios) quería decirle a mi mamá, a mi papá y a mi cuchino que pisaba París. En seguida vi Shakespeare & Company, y entré al París de antes del atardecer. Tenía sus planos, caminé y caminé, que París es para caminar sin pestañar, es para no olvidar nunca o volver siempre. Llegué hasta el Quai Henry IV y terminé en Le Pure Café, ese en el que descubrimos que Jesse tiene alianza pero todavía mira a Celine como antes del amanecer. Oscureció muy temprano, así que volví al hotel y me fui a dormir porque la última noche de Barcelona me había sacado hasta la voz. Así fue mi primer día en París. Luego vinieron todos los típicos lugares que me gustaron mucho pero que no eran el París de mis sueños. Igual en París cada cosa tiene algo y en el Louvre me acordé de esa escena genial de Los soñadores de Bertolucci en la que imitando una vieja película los tres chicos corren intentando escapar de la policía y Montmarte recuerda tanto a Amelie. Para volver al hotel, siempre tomaba el metro hacia Gare d´Austerliz sin poder evitar quitarme de la cabeza durante los cuatro días la voz de Joaquín diciendo "se peinaba a lo garçon la viajera que quiso enseñarme a besar en Gare d´Austerliz". Posamos como divas para la foto del Arco del Triunfo y llegamos de noche a los Jardines de Luxemburgo... El plan para el tercer día empezaba muy bien, caminar por el Quai de Conti hasta el Pont des Arts y si una antes soñaba con ser la Maga, ahí no se podía pensar en menos. Parecía increíble que esas palabras que tanto había leído se convirtieran en realidad. París es mágico y los franceses desagradables aunque intentes hablar su idioma, hasta cobran 0.50 euros por entrar al baño de un bar aunque estés consumiendo. Así que nos pusimos felices cuando en la Torre Eiffel conocimos a unos chicos españoles, de Lugo. Manu cantaba "París, la nuit c´est fin" y nosotros, sólo por esa noche, no le dimos la razón. Fue la mejor noche de París. Paseamos a orillas del Sena, vimos qué tétrica puede resultar Notre Dame si es de noche y hay luna llena, bailamos en la calle con la típica música del acordeón. Buscamos una gasolinera abierta por todo París, así fue que conocimos hasta su barrio chino. Luego, nos resignamos y fuimos a seguir disfrutando de la noche. En Francia no hay gasolina después de las diez pero hay cerveza blanca y cantamos y hablamos con todo el bar, en lo que podíamos, un poco de francés, de castellano, de inglés. Después, sé que caminamos por el Barrio Latino, que pasamos por la Sorbonne y que por momentos no lo podía creer. A la mañana siguiente tenía la cita más esperada, agarré el jazmín porteño y fui a agradecerle, por todas las sorpresas que me dio, todas las veces que me hizo sentir un poco menos sola, un poco menos loca. De alguna manera él me había llevado hasta París.

    Y hubo tanto ruido que al final llego el final.

    15.12.05


    Esa misma ciudad tiene un recorrido no turístico. La Pedrera es hermosa, el Parc Guell un sueño, el Barrio Gótico un cuento; pero hay calles que sólo se pueden caminar de una mano. Aunque esa mano esté en ese mismo momento del otro lado del océano, viendo caer la nieve. Entonces llegué a sus plazas, a sus bares, a sus sabores, a sus historias, dejando una luna y una estrella como rastro. Intentando cambiar esa taquicardia que da caminar por Gracia, pero a mí también me dio.

    Lo que más me sorprendió de Barcelona es que me hayan dicho que tenía brillo. Eso que me dicen mis amigos más amigos, eso que me piden que no pierda. Barcelona fue recuperar la risa, las noches mestizas, las imágenes de una película vistas sin pantalla de por medio. El mundo es grande, la gente no es toda igual. Y en ese lugar del mundo descubrí que mucha más gente tenía ganas de vivir.



    Esta historia comienza en el Km 0 de Madrid. Las tres juntas. Las ganas reales de volver a empezar, no esas que se juran con lágrimas en los ojos y con la cabeza aún pidiendo respuestas. El tiempo parece no pasar y esa fue la mejor prueba de amistad.

    4.12.05


    Una calle de Lavapies

    "Cuando menos te lo imagenes las cosas van a volver a estar de tu lado", tan cabrón y tan buen tipo que sos, están llegando esos momentos, todo se va sintiendo mucho mejor. Las nuevas ilusiones llegan y dan ganas de todo.
    Hoy vi una camiseta del Barça en pleno Madrid! ¿cómo hacés para aparecerte así? Madrid es muy lindo, muy Buenos Aires, pero lo mejor es Lavapies, el barrio más lindo. Anoche fuimos a una fiesta en la sede del Partido Comunista y cantaron "Pongamos que hablo de Madrid", estuvo muy bien. Y hoy a la mañana, El Rastro, esta vez en mi cabeza sonaba "Con la frente marchita". En fin, que después de tanto Sabina en Baires parece que uno ya anduvo por estas calles. Se sienten muy familiares. Mañana llega mi amiga y luego ("logo" tengo que aprender a pronunciarlo que parece que queda muy cortante nuestro "chau") ya nos vamos a Barcelona. No podré publicar qué cuidad me gusta más que me van a insultar :p seguramente cada una tendrá su encanto, ya por las personas cada una me representa algo muy distinto. Mientras, allá nieva. Mientras, acá también estás. Y se extraña, siempre. En cada detalle que me gustaría comentar particularmente con cada uno de los que enciendieron el lucerito para que yo pueda llegar hasta acá.

    3.12.05

    El avión despegó y con esas lágrimas saqué mi última tristeza. A partir de ese momento, dormí como un angelito casi el viaje completo (y me comí un montón de golosinas del botiquín de emergencia que me regalaron!). Llegué bien, con unas horitas de retraso pero en comparación con el gran paro que había, muy bien. Barajas es gigante! menos mal que la enana de mi amiga estaba ahí esperándome! Anoche ya salimos, 3 bares en una noche, estos gallegos se la pasan de joda! Todo Madrid parece San Telmo, esa es la primera impresión que tengo, ya contaré más que ahora vamos a ir a pasear. Aún es increíble estar en Madrid! Artista Cautiva: el lunes te voy a buscar!!!!
    Me dijiste que con ese pasaje me había comprado momentos, acá estoy tratando de disfrutarlos a mil.

    1.12.05

    Esta noche me voy, bailando.

    Por eso ahora vamo´ a bailar,

    para cambiar esta suerte.
    Si sabemos gambetear para ahuyentar la muerte.
    Y por que sí, porque sobran las bolas,
    de matarla con el pecho y no tirarla afuera.
    Para jugar de local en cualquier cancha,
    aunque pongo el corazón y vo´ ponés la plancha.

    Y, porque soy de la escuela del Burro,
    voy con la fantasía a la estrategia fría.
    Y, si no hay copa, que haya cope para la gente,
    que salta sobre el dolor y nace nuevamente...
    ¡Vamo´!...

    Y si me voy,
    así como de repente,
    es como un viaje más para el que viaja siempre.
    Si he de morir,
    no quiero como la oveja,
    que cuando no da más lana el amo la degüella.

    Tomala vos, dámela a mí,
    si te quedas... ¿por qué no venis?
    Movela como sea,
    que ya llegó la hora del baile de la gambeta.

    Para cambiar de suerte
    fantaseo una jugada
    hay que ahuyentar la muerte con la pelota encendida.
    Para cambiar de suerte
    lleva el alma de una queja
    hay que ahuyentar la muerte

    y el cuero es pura vida.

    Para cambiar de suerte
    si la suerte ya está echada
    hay que ahuyentar la muerte.

    Y es el final del partido,
    para cambiar de suerte
    meto un gol de corazón
    hay que ahuyentar la muerte.

    Para gritarle al olvido
    para cambiar de suerte.

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